REFUTACIÓN DE ALGUNOS ERRORES SOBRE EL PONTIFICADO, de Sr. Louis VEUILLOT
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«Singular personaje es ciertamente Louis Veuillot… sólo tiene ó enemigos irreconciliables, mortales, ó amigos fanáticos.» Para calibrar tal aseveración, mucho ayudan la biografía y el estudio de sus obras que presiden a esta edición española. Y leída y meditada con rectitud la propia Refutación.., aún los enemigos del Papado, y más aún los indiferentes y despistados, deberán reconocer cuánto la Humanidad, y no el solo universo católico, debe a la institución del Papado.

Sin embargo, toda su argumentación sobre el Papado--su naturaleza, su misión, sus glorias--, ¿no tiene como fundamento una interpretación cierta, pero prima facie de lo que significa la Voluntad Divina que lo instituyó? El autor, si hubiera podido contemplar lo sucedido desde hace cincuenta años, ¿no habría considerado menos imposible que la apostasía del antiguo Israél algún día había que tener su equivalente en la del Nuevo? Y si aquella culminaba en el Dios-hombre crucificado, ¿ésta no podría sino vaticinar su Vuelta en Gloria y Majestad? Porque, según confirma la Suma del Aquinate, la Voluntad Divina no sufre cambio cuando tal es decretada desde la eternidad. Y vista así, la propia promesa de Cristo de estar con la Iglesia usque ad consummationem, para nada entraría en contradicción con lo que un Veuillot, o también un fiel cualquiera, jamás habría sospechado que pudiera ocurrir.

INDICE

Biografía del autor

INTRODUCCION.

            La Iglesia es el Bien; el Mal no vive sino para combatirle.—Culto limi­tado y efímero del libre pensamiento hacia sus grandes hombres; legiti­midad, popularidad y perpetuidad del culto de los Santos.—El catoli­cismo.—Una palabra sobre la pre­sente obra.  1

SAN PEDRO.

I.          San Pedro, Príncipe de los Apósto­les y Príncipe de los Santos. Desde hace diez y ocho siglos es el per­sonaje mas vivo de la historia.—Poder del Papa, el poder mas só­lidamente establecido de todos los poderes, el mas extenso, el mas du­radero.—Secreto del poder y de la gloria de San Pedro.  10

II.        San Pedro en la escuela de Jesús.—Predilección de Nuestro Señor hacia este discípulo.—Bossuet explica el plan de Dios sobre San Pedro.—Otros motivos que han valido a San Pedro el honor de su misión.—San Pedro ha dado el ejemplo de la abnega­cion absoluta, del amor verdadero, de la ley perfecta.  17

III.       Apostolado de San Pedro después de la muerte de Jesús; éxito de sus predicaciones; sus milagros, su acti­tud ante los poderes, sus laboriosos triunfos.—Estado de Roma en tiempo de San Pedro; cuáles eran los señores, los grandes y los filósofos de esa ciudad.  27

IV.       Muerte de San Pedro; nacimiento del segundo imperio de Roma  37

LOS PAPAS DE AVIÑON.

I.          Ideas erróneas de M. de Sacy sobre el Pontificado.—El Pontificado es, en realidad, el ideal de un gobierno cristiano y la historia de los actos de Dios por la mediación de los Soberanos Pontífices.  40

II.        Estado del Pontificado en el siglo xiv.—Cisma, herejías, caos; elección de Martin V.—Error de los que dicen que el Pontificado sufrió entonces un debilitamiento notable.—Acontecimien­tos sobrevenidos después del Concilio de Constanza.  48

III.       Los Papas trabajaron por reconquis­tar a Roma y su independencia.—Hasta qué punto importaba a la paz del mundo esa doble reconquista.—El Cardenal Egidio Albornoz.—Elec­ción de Inocencio VI.—Verdaderos caracteres del Pontificado conside­rado en su conjunto, e injusticia de M. de Sacy respecto de esa institu­cion.  59

IV.       El Papa y el Emperador.—Justifica­ción de Bonifacio VIII y de León XII. —Diferencia de la antigua y la nueva Roma.  71

V.        Cómo llegaron á ser los Papas los dominadores de Europa.—San Nico­lás I y Focio. —Verdadera política

            de los Papas.  80

VI.       Los legados del Pontificado.—Motivos constantes de sus embajadas.—Sen­timientos de los teólogos apóstatas sobre el poder del Emperador.—Cárlo Magno.  84

VII.      Cómo debe juzgarse de la Edad Me­dia.--Comparacion de esta época con la siguiente.—La Iglesia romana es la gran figura, el gran poder, la in­teligencia y la virtud de la Edad Media.—San Luis y Luis XIV.  93

VIII.    La Europa no podía ser católica sin las preeminencias del poder pon­tifical. —Por qué los Papas se han mezclado siempre en los negocios de los soberanos.—¿Puede acusarse a los Papas de los desórdenes que dio la Edad Media?  112

IX.       Felipe de Baviera y Luis el Bello.—Confesion de Sismondi a propósito de las libertades galicanas.—Des­pues de la emancipacion de los Reyes ha venido la emancipacion de los pueblos.—Dónde nos ha condu­cido el progreso.—Porvenir del Pon­tificado.  119

X.        Cuál sería el Papa de modelo para M. de Sacy.  131

XI.       Con qué espíritu debe de estudiarse la historia de la Iglesia y del Ponti­ficado.  138

CLEMENTE XIII Y CLEMENTE XIV.

Cómo debe de juzgarse la conducta distinta de esos dos Papas respecto de los Jesuitas.—Luces dadas sobre este grande asunto por el P. de Ra­vignan.  143

I.          La destrucción de los Jesuitas fue el primer acto y la primera confesión de la conjuration formada en el si­glo xviii contra el cristianismo y el órden social. Los Jesuitas y sus enemigos: Pombal, Carlos III, Mad. de Pompadour, Voltaire, Choiseil, los Parlamentos.— Testimonio del filósofo Duclos.—Cár­los III y el conde de Aranda.—Ac­tos salvajes cometidos en España contra la Compañia de Jesus.—En Francia , el Parlamento trata de igualar a Cárlos III.—La Italia imita a la Francia.  147

II.        Clemente XIII.—Prudencia y pacien­cia de este Papa desde el principio de la lucha.—Carácter de la corres­pondencia de los Reyes de esta épo­ca con el Sumo Pontífice. La decadencia de Portugal data desde la fecha de su rompimiento con Ro­ma.—Luis XV propone al Papa mo­difique las instituciones de la Com­pañia de Jesus.—Respuesta del Pa­pa.—Magnanimidad de ese santo an­ciano.—Condenación del libelo jan­senista: Extracto de las Aserciones.—Clemente XIII protesta contra las disposiciones de los Parlamentos.—Publicación de la Bula Apostolicum. —Los embajadores de las tres nacio­nes reclaman la supresion de la Com­pañía.—Muerte de Clemente XIII.—Este Papa no fue un Pontífice excep­cional; no fue sino el Papa de todos tiempos.  161

III.       Clemente XIV.— Los embajadores reciben la órden de activar todo lo posible el negocio de la abolición. —Misión de Bernis.—Carta de Cle­mente XIV al Rey de España.—Lo que debe pensarse de las indecisiones del Papa.—Embajada de Moñi­no.—Clemente XIV, obligado a to­mar un partido, concede a los prin­cipes, no la condenación sino la abo­lición de los Jesuitas. —Voluntad del Papa.—Voluntad de Dios.  180

IV.       Bella actitud de los Jesuitas después de la sentencia de Roma.—Por qué ha sobrevenido à la Compañia la persecución  199

EL PODER TEMPORAL DE LOS PAPAS.

Por qué quiere la revolución deponer al Papa.—Acuerdo de los pueblos y de los Reyes para conservar el gobierno temporal de los Papas: razon de ese acuerdo  205

I.          La Revolución desea vanamente la su­presion de ese poder: es una institu­cion inquebrantable.—Dios para fundar ese poder se apoderó primero de Roma.—Caída del imperio roma­no.—El Obispo de Roma vuelve a Roma donde el Senado no volvió jamás.—Los Emperadores griegos y los bárbaros son los instrumentos de la formacion del poder papal.—Confesión del hereje Gibbon.—Car­lo Magno: nunca el Sacerdocio y el Imperio estuvieron mas de acuerdo que bajo el reinado de este grande hombre; nunca la política humana ha creado nada que fuera mas ma­jestuoso ni mas poderoso.—Institución del santo imperio romano: año 800.  210

II.        La creacion del poder temporal de los Papas es demasiado útil á la Iglesia para que Dios no continúe empleando en su favor los auxilios que no han fundado y conservado.—Observacio­nes comunes de la Revolucion contra el poder temporal.—Ensayo que han intentado recientemente contra él; su éxito.—Luis Napoleon vuelve a abrir las puertas de Roma al Vica­rio de Jesucristo.—Pellegrino Rossi.—Sentimientos de Rancke, de Fleury, de Muller, de Haller, del presidente Hénault, de Napoleon I, de Na­poleon III, sobre la independencia del poder temporal de los Papas.—Extracto de una carta pastoral de Mons. Berteaud y del escrito de Mons. Parisis, intitulado: De la Iglesia y del Estado.  226

III.       La humanidad tiene una necesidad tan grande del poder temporal de los Papas, que si nuestros revolucionarios lle­garan á conmoverlo lo mas minimo, sus mismos nietos se ocuparian en afianzarlo.—Lo que nuestros perio­distas llaman el pueblo romano.—Solo el Papa es quien hace un pueblo del pueblo romano.—La Roma de los Papas es el centro de la civilizacion universal.—El libre pensamiento es hipócrita y cobarde.—Eterna juven­tud de la verdad.—La verdad de Jesucristo llenará su misión de crear a los vivos y resucitar á los muertos; los Santos continuarán y desarrolla­rán la obra de Jesucristo.  ¿?   244

CONCLUSION.

El Papa restablecido por la Francia.—Tal es el acontecimiento del siglo.—Vanidad de la política de los sobera­nos que han querido abatir el poder temporal de los Papas.—Cuál es hoy en la Iglesia el poder Pontificio.—El Pontificado será el instrumento de Dios para reedificacion de la so­ciedad.  ¿? 255