CARTAS CRÍTICAS… DEL FILÓSOFO RANCIO, P. Maestro Fray Francisco Alvarado O.P.
1812-1814 (edición de 1881)
calidad 2, 3 t., 14,5x20, 1945 pág.  : 99 € Pedidos y Pagos

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Nadie con tanto ingenio y donosura combatió a los novadores cual el dominico Fray Francisco Alvarado. El apelativo de «Filósofo Rancio» obedece a que así firma sus cartas apologéticas. En plena Guerra de la Independencia, y contra los desvaríos revolucionarios de las Cortes de Cadiz, el insigne maestro dominico escribe su obra más famosa: las Cartas Críticas, publicadas por dos diputados a Cortes. En ellas se ve que su autor conocía bien las teorías disolventes reinantes. Su sencillo pero eficaz aparato de propaganda supo despertar la conciencia de los buenos españoles siendo las propias Cortes las que en 1813 pidieron la abolición de la Constitución al rey Fernando VII.

Es el maestro Alvarado, sin duda alguna, uno de los españoles más preclaros de su tiempo, la cabeza más importante del grupo antiliberal gaditano y uno de los libelistas del derecho público cristiano más destacados.

Dos filos hicieron temible su péñola: la claridad de ideas y su ironía aguda. Fue un intelecto clarividente que desde el primer momento percibió el engaño que suponía proclamar por una parte la confesionalidad católica de la Nación en la llamada Constitución de 1812, así como afirmar que se luchaba contra el Intruso francés, cuando por otra, se abolía la Santa Inquisición, se defendía la libertad de imprenta (para lo bueno y cristiano siempre hubo libertad de expresión en España) y se coaccionaba con griterío mercenario la defensa de la tradición española. Y descendió a la calle haciendo que la gente riera sus chistes y admirase su vena y sus latigazos dialécticos, los cuales despertaron las conciencias de muchos españoles confundidos y acobardados; los filósofos mordían sus labios, indignados e impotentes.

Cumplió, en el plano intelectual en la retaguardia del frente de combate, el mismo papel que los guerrilleros desempeñaban en el plano bélico contra las tropas napoleónicas, dejando bien patente que nuestra Santa Fe Católica no es un puro sentimiento, sino la virtud teologal que dispone nuestra mente para comenzar la vida eterna en la vida presente, sirviendo, por tanto, de fundamento firme y verdadero para la vida de los individuos y de las naciones. Ayer y hoy su defensa de la sana tradición impugna ese racionalismo corrosivo de ilustrados, liberales y masones que osa negar el orden sobrenatural de los individuos y de las naciones, reduciendo la religión a puro sentimiento subjetivo.

Ningún escritor tomista ha sido tan fiel ni tan diáfano expositor del Maestro cual el dominico de Marchena en puntos de tal importancia como el fundamento filosófico del poder civil y los conceptos de ley, derecho y potestad social. Todas las obras de Alvarado están incluidas en el Catálogo de autoridades de la Real Academia Española.

Indice

 

A modo de prólogo

1. “El Quijote Filósofo”. El Padre Alvarado

2. El P. Alvarado. Hombre rectilíneo, fiel y diáfano expositor de Santo Tomás

3. Prólogo a las Cartas Aristotélicas de la edición de 1825

Vol. I. — T.1

Prólogo de los editores  5

Carta crítica del Filósofo Rancio, en que á lo cristiano viejo hace la apología del Santo Tribunal de la Inquisicion, refi­riendo su historia y refutando todos los argumentos y sofis­mas con que intentan combatirlo los libertinos maestros del error, y sus fieles discípulos los filósofos de moda, y en que se impugna el anuncio del voto que ha de dar el diputado Sr. Argüelles  7

Carta crítica en que se presenta al «Conciso» un justo y noble desafío para que impugne sus cartas con razones y no con injurias 105

Carta crítica. Impugnacion del dictámen del Sr. Gordillo, Di­putado de Córtes, en que establece las bases del pacto social al gusto de los filósofos de moda  113

Carta crítica en que se continúa la impugnacion del dictámen del Sr. Gordillo, Diputado de Córtes, en que establece las bases del pacto social al gusto de los filósofos de moda  147

Carta en que, concluyendo la impugnacion del discurso del señor Gordillo, Diputado de Córtes, le demuestra que no ha existido, ni podido existir, el pacto social que se propuso establecer al gusto de los filósofos de moda  175

Carta en que, continuando la impugnacion del Sr. Gordillo, Diputado de Córtes, le demuestra que son tan falsas las consecuencias como insubsistentes las bases del pacto social que estableció al gusto de los filósofos de moda  205

Carta en que, como catequista, enseña al «Conciso» ciertos puntitos de doctrina cristiana sobre el título «Hipócritas» en su artículo del 22 de Agosto, é impugna el del impreso «La Inquisición sin máscara»  229

Carta en que el Filosofismo es presentado sin máscara.—Im­pugnacion del seductor é impío escrito titulado «La Inquisición sin mascara  267

Vol. I. — T.2

Carta en que el filosofismo es presentado sin máscara. Continua la impugnacion del seductor impío escrito titulado «La Inquisición sin máscara»  5       
Carta.
Explicacion genuina de la Ciudad cristiana, contra el «Conciso» y Natanael Jomtob, y ensayo de las reflexiones que se harán en las cartas siguientes sobre el Jansenismo  39          
Carta.
Reflexiones sobre el papel titulado «El Jansenismo» en la persona de su procurador general Ireneo Nistactes, y primera sobre esta materia  91

Carta segunda sobre el mismo asunto  153

Carta tercera sobre la misma materia  199
Carta cuarta y continuacion de las reflexiones sobre el Jansenismo  231

Carta quinta sobre el Jansenismo  263

Vol. II. — T.1

Carta.—Sobre el Jansenismo  5

Carta.—Conclusión de la materia del Jansenismo  53

Carta.—Apología de los Ilmos. Sres. Obispos refugiados en Mallorca, é impugnacion de las calumnias y dicterios con que fueron infamados en varios escritos, por haber suplicado á favor del Santo Tribunal de la Fé  95

Carta.—Prólogo de la impugnacion del impreso titulado Las Angélicas Fuentes ó el Tomista en las Córtes 139

Carta.—Comienza la impugnacion del Diccionario crítico burlesco  179

Carta.—Continúa la materia antecedente  215

Carta.—Reflexiones sobre la reforma que se intenta hacer de los Regulares y restablecimiento á sus conventos  261

Vol. II. — T.2

Carta en que continúan las reflexiones sobre la intentada reforma de Regulares  5
Carta en que se prosiguen las reflexiones sobre dicha reforma
  47

Carta sobre la misma materia  83
Carta.
Continúa el mismo asunto de reforma  121

Carta.Se impugua el informe de la Comision sobre el Tribunal de la fe, y el proyecto de decreto

acerca de los Tribunales protectores de la religion  159
Carta.
Prosigue la impugnacion del proyecto de decreto sobre los Tribunales protectores de la religion  195

Carta.Continúa la misma materia  233
Carta.
Prosiguen las reflexiones acerca de la reforma  283

Vol. III. — T.1

Carta.Concluyen las reflexiones sobre reforma de Regulares  5

Carta.Se impugna el Dictámen de las Comi­sionas sobre el restablecimiento y reforma de las casas religiosas  47

Carta.Sigue la impuguacion del Dictámen de las Comisiones  93

Carta.Continúa la impugnacion de dicho Dic­támen  129

Carta.Continúa la misma materia contra el Dictámen  177

Carta.Concluye la impugnacion de dicho Dic­támen; y se acompaña una representacion de seis Prelados Dominicos al Excmo. Sr. Arzobispo de Sevilla  217

Carta.En que se demuestra la legítima é indisputable propiedad de la Iglesia en sus bienes contra los sofismas del «Solitario» de Alicante en su impío y sacrílego folleto intitulado «Juicio históri­co, canónico, político de la autoridad de las naciones, sobre los bienes eclesiásticos.»  267

Vol. III. — T.2

Carta.—Sigue la impugnacion del Solitario  5

Carta.—Continúa el mismo argumento  65

Carta.—Prosigue la demostracion de la propiedad de la Iglesia en sus bienes  109

Carta.—Concluyen las pruebas de dicha propiedad y la impugnacion del Solitario  165

Carta.—Se impugna el infundado pronóstico del almanaquista en el juicio del año 1814, y se desha­cen las invectivas de Gallardo, y demás regeneradores contra los regulares  209

Carta.—Se explica el legítimo sentido de la pro­posicion: los frailes están muertos al mundo ; y se

da una idea genuina de liberales y serviles  253

Carta.—Se impugna el dictamen de las comisio­nes, que señala la edad de veinte y cuatro años cum­plidos para la profesion religiosa  325