CATOLICISMO Y REPÚBLICA, de Eugenio VEGAS LATAPIÉ.
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La verdad, religiosa, moral y política, sigue en pié aunque nadie la perciba, y menos aun quiera aprobarla como tal. La historia, bien entendida, desde la Revolución francesa ha marcado el paso del régimen de unión entre dos poderes católicos, el secular y el espiritual, a un régimen de unión de hecho en sentido opuesto. El paso intermedio, del régimen de separación, no es sino de estricta necesidad dialéctica.

Como tal, sin embargo, constituye el objeto de reflexión histórica del autor, que, con ocasión de la II República española, demuestra de la mano del insigne abate Emmanuel Barbier, que la adhesión de los católicos a la república, con el ralliement en Francia como causa ejemplar y catalizador, en vez de conseguirles la libertad y la paz prometidas, acaba, por la lógica interna implacable de las fuerzas fautores y rectores de aquélla, en régimen de separación, y finalmente en persecución abierta, sea por la ley o por la violencia a secas. Porque en la práctica resulta que el liberalismo, anticristiano en su esencia ignorada, es efecto indisociable del régimen republicano, con o sin disfraz monárquico.

Desde la perspectiva histórico-escatológica, parece que, si León XIII, proclamando la indiferencia de regímenes en el plano especulativo, abstracto, había sido engañado para dejarse arrastrar a semejante error en el plano político, concreto, de incalculables consecuencias, fue porque Dios así lo había dispuesto para que finalmente se cumpliera la anunciada apostasía universal, que estamos presenciando en la actualidad. No hay derecho, pues, a lamentar los efectos cuando se ignoran o desprecian las causas.

1/ Indice

 

CAPÍTULO I.—Introducción

I.—A modo de disculpa  7

II.—El «ralliement». La doctrina de la Iglesia y las formas de gobierno  8

CAPÍTULO II.—El brindis de Argel y su preparación

I.—La Iglesia en Francia en 1890  12

II.—Los primeros pasos  15

III.—El brindis  21

CAPÍTULO III.Impresión producida por el brindis de Argel

I.—La prensa  24

II.—El clero. La opinión de Mgr. Freppel  25

III.—La declaración que no hizo Mgr. Langénieux  30

IV.—Los políticos católicos. Keller  31

V.—La actitud de Roma  34

VI.—El pago de la República  37

CAPÍTULO IV.—La encíclica del 16 de febrero de 1892

I.—Declaración de los Cardenales, de 24 de enero de 1892  41

II.—La encíclica y la carta de S.S.  46

III.—La opinión republicana  51

IV.—Los «ralliés»  52

V.—Los monárquicos  53

CAPÍTULO V.—El fracaso del «ralliement»

I.—Una audiencia de S.S.  55

II.Los catecismos electorales  57

III.— Luchas entre «ralliés» y monárquicos  60

IV.—Era de persecuciones  62

V.—Estéril diplomacia  64

VI.—El dolor de León XIII  66

VII.—Las amarguras de Pío X (1904-1908)  68

VIII.—Clara posición de Pío X ante el «ralliement»  76

IX.—Cómo deben entenderse las palabras del Santo Padre  82

X.—La rectificación. L'Action Française  84

XI.—Declaración de los Cardenales y Arzobispos franceses (10 de marzo de 1925)  88

CAPÍTULO VI.—Crítica del fracaso

I.—El acatamiento al Poder. Doctrina de León XIII  98

II.—Un texto del P. Janvier  101

III.—El sacrificio estéril  102

IV.—El oportunismo de la Encíclica  103

V.—Un falso punto de partida  104

VI.—Monárquicos sin convicciones y república sectaria  105

VII.—Ausencia de valor y exceso de retórica  109

VIII.—Los causantes del fracaso  113

IX.—Veuillot, el monárquico con razones  114

X.—La culpa de los «ralliés»  122

XI.—La culpa del régimen  125

XII.—Y si un día triunfan esos católicos  130

XIII.Unas amargas palabras de Bernanos y una promesa del autor  131

APÉNDICE I.Las campanas de Suresnes, por Charles Maurras  135

APÉNDICE II.—Una opinión teológica, por el P. La Taille S.J.  140

I.—Frente a los poderes legítimos  141

II.—Ante los gobiernos de hecho  157

APÉNDICE III.—Capítulo LV de «El Protestantismo com­parado con el Catolicismo», por Jaime Balmes  161