EL
LIBERALISMO ES PECADO, de P. Felix
SARDÀ I SALVANY
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El P. Sardá (1844-1916) es el primero en eficacia entre los que han combatido el error liberal. Todos sus escritos son dignos de leerse, pero descuella El Liberalismo es pecado (1884). Fue aprobado por muchos obispos; y, denunciado por los católico-liberales, mereció la más laudatoria aprobación de la Sagrada Congregación del Índice. Su lectura, hoy como ayer, disipa muchos errores, desocultando la gravedad del liberalismo, que es herejía práctica tanto como doctrinal, hecho que explica multitud de fenómenos aun en su desarrollo actual.
No es católico, pues, más que el que profese y sostenga y practique ideas resueltamente antiliberales. Ni es partido católico, por conservador que se presente, el que está basado en principios liberales, u organizado con espíritu liberal, o dirigido a fines liberales. Hay liberales que del Liberalismo aceptan tan sólo los principios, sin querer las aplicaciones; al paso que hay otros que aceptan éstas sin querer admitir aquéllos.
Pero cada cosa es lo que es, y nada más. El liberal, hable en católico y hágalo todo en apariencia como católico, liberal será y no católico. Todo lo más será liberal vergonzante, que de los católicos anda remedando idioma, traje, forma y buen parecer.
Nota editorial 3
1. ¿Existe hoy día algo que se llama liberalismo? 6
2. ¿Qué es el liberalismo? 8
3. Si es pecado el liberalismo, y qué pecado es.. 11
4. De la especial gravedad del pecado del liberalismo. 14
5. De los diferentes grados que puede haber y hay dentro de la unidad específica
del liberalismo. 16
6. Del llamado liberalismo católico o catolicismo liberal. 19
7. En qué consiste probablemente la esencia o intrínseca razón del llamado
catolicismo liberal. 21
8. Sombra y penumbra, o razón extrínseca de esta misma secta católicoliberal 24
9. De otra distinción importante, o sea del liberalismo práctico y del
especulativo o doctrinal 27
10. El liberalismo de todo matiz y carácter, ¿ha sido formalmente condenado por
la Iglesia? 29
11. De la última y más solemne condenación del liberalismo por medio del
"Syllabus". 34
12. De algo que pareciendo liberalismo no lo es y de algo que lo es aunque no lo
parezca. 37
13. Notas y comentarios a la doctrina expuesta en el capítulo anterior 41
14. Si en vista de esto es lícito o no al buen católico aceptar en buen sentido
la palabra "liberalismo", y asimismo en buen sentido gloriarse de ser liberal.
44
16. ¿Cabe hoy en lo del liberalismo error de buena fe? 51
17. De varios modos con que sin ser liberal un católico puede hacerse no
obstante cómplice del liberalismo. 55
18. De las señales o síntomas más comunes con que se puede conocer si un libro,
periódico o persona andan atacado o solamente resabiados del liberalismo. 60
19. De las principales reglas de prudencia cristiana que debe observar el buen
católico en su trato con liberales. 64
20. De cuán necesario sea precaverse contra las lecturas liberales. 68
21. De la sana intransigencia católica en oposición a la falsa caridad liberal.
72
22. De la caridad en lo que se llama las formas de la polémica, y si tienen en
eso razón los liberales contra los apologistas católicos. 76
23. Si es conveniente al combatir el error, combatir y desautorizar la
personalidad del que lo sustenta y propala. 81
24. Resuélvese una objeción a primera vista grave contra la doctrina de los dos
capítulos precedentes. 84
25. Confírmase lo últimamente dicho con un muy concienzudo artículo de "La
Civiltá Cattolica". 88
26. Continúa la hermosa y contundente cita de "La Civiltá Cattolica". 93
27. En que se da fin a la tan oportuna como decisiva cita de "La Civiltá
Cattolica". 99
28. Si hay o puede haber en la iglesia ministros de Dios atacados del horrible
contagio del liberalismo. 104
29. ¿Qué conducta debe observar el buen católico con tales ministros de dios
contagiados de liberalismo? 109
31. De las pendientes por las que con más frecuencia viene a caer un católico en
el liberalismo. 116
32. Causas permanentes del liberalismo en la sociedad actual. 119
33. Cuáles son los medios más eficaces y oportunos que cabe aplicar a pueblos
señoreados por el liberalismo. 121
34. De una señal clarísima por la que se conocerá fácilmente cuáles cosas
proceden de espíritu sanamente católico y cuáles de espíritu resabiado o
radicalmente liberal. 123
35. Cuáles son los periódicos buenos y cuáles los malos, y qué se ha de juzgar
de lo bueno que tenga un periódico malo, y, al revés, de lo malo en qué puede
incurrir un periódico bueno. 127
36. Si es alguna vez recomendable la unión entre católicos y liberales para un
fin común, y con qué condiciones. 130
37. Prosigue la misma materia. 133
38. Si es o no es indispensable acudir cada vez al fallo concreto de la Iglesia
y de sus pastores para saber si un escrito o persona deben repudiarse y
combatirse como liberales. 136
39. ¿Y qué me decís de la horrible secta del "laicismo", que desde hace poco, al
decir de algunas gentes, causa tan graves estragos en nuestro país? 142
41. Si es exageración no reconocer como partido perfectamente católico más que a
un partido que sea radicalmente antiliberal. 150
42. Dase de paso una explicación muy clara y sencilla de un lema por muchos mal
comprendido de la Revista Popular. 153
43. Una observación muy práctica y muy digna de tenerse en cuenta sobre el
carácter aparentemente distinto que ofrece el liberalismo en distintos países y
en diferentes periodos históricos de un mismo país. 156
44. Y ¿qué hay sobre la "tesis" y sobre la "hipótesis" en la cuestión del
liberalismo, de que tanto se ha hablado también en nuestros tiempos? 162