LA CULTURA ALEMANA ANTES Y DESPUÉS DE LUTERO, de P. Juan JANSSEN
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Cuánta fuerza añaden los datos acumulados por Janssen a las visiones sintéticas de Balmes. Nos hace ver el desmoronamiento de toda la cultura, que siguió como fruto natural de la predicación del heresiarca; y nos enseña sin decirlo que Dios usa de males y malos para recordar al hombre que mundo, demonio y carne son los enemigos del alma.
Renació una libertad adulterada en vez de aquella genuina que debió la Edad Moderna recibir en herencia de la Edad Media. Se produjo la decadencia de las escuelas y universidades, secando la doctrina de la inutilidad de las buenas obras las fuentes de la beneficencia que había alimentado las fundaciones docentes; los maestros comenzaron a padecer indigencia; las familias menospreciaron los estudios; los estudiantes, imitando la indisciplina de sus profesores y predicadores, cayeron en la más repugnante relajación y barbarie.
A la instrucción religiosa substituyó el predominio de la superstición, y a la ciencia se antepuso el ocultismo. Suprimida la influencia moderadora de la Iglesia prodújose el retroceso de las libertades populares; el renacimiento del Derecho Romano y el menosprecio del canónico y del germánico, recrudecieron los rigores de la servidumbre. Erigido en Europa aquel poder tiránico que se llamó absolutismo ilustrado preparóse el estallido de las revoluciones de los siglos XVIII y XIX.


 

Prólogo

La Cultura alemana en el siglo XV

CAP. I. Estado cultural de Alemania al fin de la Edad Media

LIBRO PRIMERO. Instrucción popular y Ciencias

CAP. II. Difusión de la imprenta

CAP. III. Las escuelas elementales y la instrucción religiosa del pueblo

CAP. IV. Las escuelas clásicas de Segunda enseñanza y el antiguo humanismo alemán

Escuelas de los hermanos de la Vida común, 65. — Sus favorecedo­res, 66. — Estima de los Clásicos, subordinada al espíritu cristiano. 67. — Concordia con lus escolásticos, especialmente con los realistas, 68. —Rodolfo Agrícola: sus ideas y virtudes, 69.— A. Hegius, 71. — Otros pedagogos westfalianos, 72.— Rodolfo Langen, 73. —Juan Mur­mellins. 73. — Las escuelas del Rhin, 73. — Estudio del griego, 74. — Temprana edad de los estudios, 75. — Severidad de la disciplina, 76.—Vida escolar, 77. — Jacobo Wimpheling, educador de Alemania, 77. Su labor pedagógica, 79. — Su "Guia para la juventud alemana"; y su "Juventud", 79. — Escuelas de Nurenberg, 80. — Escuelas ciudadanas, 80; fundaciones pías para ellas y sus bibliotecas. 81. — Mujeres doc­tas, 82-84.

CAP. V. Las Universidades y otros establecimientos de educación

Las Universidades en el siglo xv, 85. — Fundaciones para estudios, 85. — Unidad de los fines religioso y científico, 86. — Favor de los Papas y del Clero, 87. — Independeneia y carácter gremial de las Uni­versidades, 87-88. — Libertad e internacionalidad de los estudiantes, 89.—Numerosa asistencia a las aulas, 911. — Atraso de la Marca de Branden­burgo, 91.

La Universidad de Colonia. Cultura de los países del Rhin, 91. — Escolásticos y humanistas, 92. — Bartolomé de Colonia y Ortwin Gra­tius, 92. — El cartujo Werner Rolewinck y su obra, 94. — Compendio de Historia Universal, 94. — La vida intelectual en la Cartuja de Co­lonia, 95.

La Universidad de Heidelberg, 96. — Su florecimiento bajo el Cura­tor Juan de Dalberg, obispo de Worms, 96. — Biblioteca de Dalberg, 97. El humanista Juan Reuchlin y sus méritos en el estudio de los idiomas clásicos y particularmente del hebreo, 98. — Su actitud respecto de la Iglesia, 99. — Otros eruditos de Heidelberg, 100. — La sociedad lite­raria rhiniana, 101. — Correspondencia epistolar entre los eruditos, 101.

El abad Juan Tritemio, el mayor polihistor de su siglo, 102. — Su biblioteca en el monasterio de Sponheim, 103. — Sn actividad literaria y criterio sobre la ciencia y el estudio de la Biblia y de los SS. Padres, 104. — Su actitud respecto de la Escolástica y las ciencias naturales, 105. —Su obra literaria e histórica y su sentido patriótico, 107. — Su influencia en la juventud y en los estudios clásicos, 108. — Su discípulo Butzbach y su historia literaria, 108.

La Universidad de Friburgo de Brisgovia, 110.— Ulrico Zasius como adalid de la reforma en el terreno de la Jurisprudencia, 110. — Cómo le juzga Erasmo, 112. — El filósofo, cosmógrafo y matemático Gregorio Reisch, autor de la primera enciclopedia filosófica, 112. — Obras de su discípulo Martín Waldseemüller, 112.

Universidad de Basilea, 113. — El escolástico Juan Heynlin y su actividad de publicista y práctica, 113. — Concepto que de él tuvo Wimpheling, 114. — Sebastian Brant como profesor y escritor de Basilea ; su ortodoxia, 115.

Geiler de Kaisersberg y su circulo de Estrasburgo. 116. — Conatos de Wimpheling y Brant para publicar una compilación de fuentes histó­ricas del alto Rhin, 117; Historia alemana de Wimpheling y su ca­rácter, 118. — Advertencias suyas y de Brant a los Príncipes y esta­mentos de Alemania, 120. — Estudios humanísticos en Estrasburgo; Beatus Rhenanus, 121. Escritos de Geiler de Kaisersberg y libertad de su ánimo, 121. — Su acción como predicador y juicio que de ella hizo Brant, 121.

La Universidad de Tubinga, 122. — Período de su esplendor, 122.—Conrado Summenhart y Gabriel Biel como escolísticos y economistas, 122. — Frases de Biel sobre la explotación del pueblo por los Prínci­pes, 124.

La Universidad de Ingolstadt, una de las principales de esta época, 124. — El humanista Jacob Locher. 124. — Múltiple actividad de Juan Eck y su importancia científica. 124. La ciudad imperial de Nurenberg cuna fue de cultura, 125. —Juan Müller, llamado regiomontano, reformador de las matemáticas y as­tronomía, 125. — Su acción y relaciones con Jorge Peuerbach, 126; —funda la trigonometría, 127; — sus investigaciones y descubrimientos en Nurenberg, 128; — funda un observatorio astronómico, 129; — re­lación de la astronomía alemana con la náutica ibérica e influjo sobre Colón, Vasco de Gama, etc., 129. — Su discípulo Martín Behaim como cosmógrafo y navegante, 129. — Regiomontano en Roma, 130. — Su influencia en la vida científica de Nurenberg, 131. — Bernardo Walter y Juan Werner, 130. — El humanista Wilibaldo Pirkheimer; su carác­ter y su obra, 132. Importancia de Conrado Peutinger para la cultura en Augsburgo, 133. — Sus relaciones con el Emperador Maximiliano I y con la Sociedad li­teraria de Augsburgo, 133; — sus escritos y colecciones literarias e históricas; su significación como investigador, 134.

El Emperador Maximiliano como fautor de las artes y las ciencias, en especial de la literatura e historia nacionales, 135-138. — Sus pro­pios escritos. 138; — el "Weisskunig" y "Theuerdank", 139; — sus relaciones con la Universidad de Viena, 140. — Los matemáticos y astrónomos Peuer­bach y Regiomontano le dan fama universal y abren en ella la entrada a los estudios humanísticos, 140. — Conrado Celtes, 141; — su acción como humanista y profesor. 141; — el Colegio de poetas y la Sociedad erudita Danubiana, 142. — Edad de oro de la Universidad en tiempo de Maximiliano, 142. — Favor a las artes alemanas, 143.

LIBRO SEGUNDO. Las Artes y la vida popular

Importancia del arte en la historia cultural de un pueblo—espe­cialmente del pueblo alemán hacia el fin de la Edad Media, 143. — El arte al servicio Dios, 144. — Unidad y carácter popular del arte de entonces. 144. — Monumentos que los atestiguan. 145.

CAP. VI. La Arquitectura

La Arquitectura como centro de la vida artística, 146. — Carácter -de la Arquitectura cristiano-germánica, 146. — Constitución gremial y federaciones de constructores, 147. — Hermandad general de ellas. 148 — Su carácter popular. 148. — Instrucciones escritas sobre las reglas fundamentales de la construcción, 149. — Victoriosa carrera de la ar­quitectura germánica por toda Europa, 149. — Carácter del gótico pos­terior, 150.

Actividad arquitectónica de la Iglesia en todas las partes de Alema­nia, contemporánea del florecimiento de la vida científica, 151. — Enu­meración de sus construcciones, 151. — Los edificios demuestran la vida floreciente de la Iglesia en aquella época, 153. — Con qué espíritu y recursos se construían: ejemplos de Xanten, Frankfurt y Ulm, 153. — La Arquitectura civil no menos elevada que la eclesiástica; su desenvolvimiento independiente, 155. — Dibujos de Merian. 150.

CAP. VII. La Escultura y la Pintura

Intimo enlace de estas artes con la Arquitectura, 156; — se ponen al servicio de la Iglesia; los templos se convierten en exposiciones monu­mentales de la Historia sagrada y en museos siempre abiertos a todas las personas del pueblo. 157. — La escultura y la pintura ennoblecen también la vida privada y pública: las calles de las grandes ciudades se semejan a una crónica en imágenes, 158. — Peculiar carácter germánico de las obras de arte, 158. — Los artistas como individuos de los gre­mios ciudadanos, 159. — Para sensibilizar de qué manera se dcsarro­llaha la vida artística se caracteriza el mecenazgo de un rico patricio de Frankfort y la actividad artística en una pequeña ciudad alema­na. 159 -163.

I. Escultura: las diversas clases de sus obras. 164. — Aurífices y plateros: dónde floreció más el gremio de ellos, 164. — Tesoros artís­ticos de metales preciosos y su destrucción, 165. — Catálogos de los te­soros de varias iglesias, 165. — El arte de fundir el bronce, principalmente en Nurenberg, 166. — Hans Rosenblüt sobre los fundidores de allí, 100. — El fundidor Pedro Vischer y sus obras, 166. — La tumba de San Sebaldo, 167. —El forjador de cobre Sebastián Lindenast, 167.— Talleres de fundieión del norte ale Alemania, 168. — El arte de fundir campanas, 168. — Esculturas en piedra y madera, 168. — El cantero Adam Krafft de Nurenberg;—sus figuras de la Pasión y Sagrario, 169. —El Sagrario de Ulm, 170. — Los maestros Till Riemenschneider en Würzburgo y Guido Stoss en Nurenberg y Cracovia. 170. — Sillería de coro de Jürgen Syrlin en Ulma. 171. — Escultura del norte alemán, 172. —Altares de talla, 172. — Muchedumbre de magníficos trabajos de talla en ciudades pequeñas y aldeas y su carácter. 172. — Posteriores des­trucciones de obras de arte en las grandes ciudades. 172.

II. Pintura, 173. — Importancia histórica de los hermanos Van Eyck, 173; — escuelas flamenca y de Colonia, 174: — Esteban Lochner, 174; Hans Memling, 174; Martín Schongauer 174. — Carácter de la Pintura alemana y sus diversas escuelas, 176. — Schongauer y sus dis­cípulos, 177. — Holbein el mozo y Alberto Durero, los mayores genios del arte, 177. — Memorias de Durero sobre sus padres. educa­ción y formación, 178. La casa alemana forma la base de toda su actividad artística. 181. — Variedad de sus aptitudes; período brillante de su producción, carácter mundial de su influencia, 181. — La pintura en vidrio y su mayor desarrollo. 182. — El dominico Jacobo Griesinger forma una propia escuela artística. 182. — Otras pintores en vidrio. 182. — Obras sobresalientes de este género para fines religiosos y profanos, 183. — La pintura de miniaturas, 184. — Principales sitios y personas que la hicieron florecer, 184. — Se cultiva especialmente en los monaste­rios, —185. El arte de bordar se eleva juntamente con la pintura y escultura, 185. — Méritos de las mujeres en este arte, 185.

CAP. VIII. Grabado en madera y cobre

La invención alemana de la impresión de figuras, no menos fecunda que la de la imprenta para la vida espiritual y cultural. 186. — Sus diversas aplicaciones, 187. — Biblias de los pobres y su importancia, 187. — Mérito del impresor de Nuremberg, Koberger, en el desarrollo del arte del grabado, 187. — Alberto Durero grabador en boj, 188. — Sus principales composiciones: las dos Pasiones y la Vida de María, 188. — El grabado en cobre, invención alemana, 190. — Grabadores más anti­guos, 190. — Martín Schongauer, 190; — Durero, 190; — sus grabados de histórica importancia: El caballero, la muerte y el diablo, San Jeró­nimo y la Melancolía, 191. — Sucesores de Durero, 193. — Lucas Cra­nach, 193. — Decadencia del arte, 194.

CAP. IX. La vida popular a la luz de las artes ópticas

El arte como fiel espejo de la vida alemana de entonces, 194. — El humor en el arte, cultivado por la Iglesia:  sus múltiples significaciones y aplicaciones. 195. — Orlas de Durero en el devocionario del Empera­dor Maximiliano, 196. — Representaciones del demonio. 197. — Los defectos y necedades de la época flagelados. 197. — Burlas a costa de los labriegos, 197. — Representaciones de la vida popular; escenas de mercado; juegos y diversiones; danzas, 199. — Trajes abigarrados de la época, 200. — Gorras y sombreros, 201. — Adorno del cabello, 202. Colores de los trajes de la plebe, 202. — Representaciones del proleta­riado de las ciudades, 203. — Trajes honorables de los ciudadanos, 203. —La casa alemana en las obras de arte, 204. — Vida de familia tudesca, 205. — El arte en las casas, 205. — El arte y las industrias se completan y elevan mútuamente, 206.

CAP. X. La música

La Música floreció espléndidamente desde mediados del siglo XV. — La música genuinamente eclesiástica sobre la base del canto Gregoriano, 206. — Comparación de la música con la arquitectura, 207. —Desenvolvimiento coetáneo de la música en el Sur de Alemania y en los Países Bajos : libro de cantos de Lochamer : Jacobo Obrecht, Gui­llermo Du Fay y Juan Ockenheim, padres espirituales de todas las pos­teriores escuelas de música, 207. — Otros célebres compositores ecle­siásticos y sus obras más notables: Joaquín de Pres; Enrique Isaak ; Ludovico Senfl; Enrique Finck; Esteban Mahu, 207-210. — Música profana y su carácter, 210.

Perfeccionamiento de los instrumentos: el órgano: los alemanes cons­tructores de órganos, los más hábiles de Europa. 211. — Invención del pedal, 211. — Organos y organistas más célebres. 211. — El ciego de na­cimiento Conrado Paumann de Nurenberg. 212; — Pablo Hofheimer, organista de cámera del Emperador Maximiliano. 212. — El maestro Arnoldo Schlick, 212. — Fabricantes y tañedores de laúdes, 213.Los teóricos de la música, 213. — Juan Goodenbach. 213. — Juan Färber, 213. Adam de Fulda, 214. — La formación musical en las escuelas, 214. — Texto de Juan Cochlaeus, 214.

CAP. XI. La poesía popular

Decadencia de la poesía culta : conservación del sentimiento poético en el pueblo, 214. — Nueva poesía popular: su índole y difusión, 215.

La canción popular, 215. — Cantares amorosos: especialmente de despedida, 217. — Intima unión de la vida germánica con la Naturaleza, 217. — Canciones de convite, 218. — Romanzas, 219. — Canciones his­tóricas y políticas, 219. — Cantares contra los abogados y los judíos, 220. — Cantares burlescos y satíricos, 221. — Causas del general pru­rito de cantar, 222.

Canciones espirituales y eclesiásticas; su desenvolvimiento gradual desde el siglo xii, 222. — La poesía lírica como arte alemán, 223. — Fautores de la poesía religiosa, 223. — El siglo xv, el más fértil para los cánticos eclesiásticos, 224. — Colecciones de cantares y libros de canto, 224. — Testimonio de Lutero, 224. — Uso de la composición polifónica, 224. — Melodías originales de los cantos eclesiásticos de entonces, 225. — Su carácter y contenido, 225. —Canciones de devoción y edificación, 226. — La añoranza cristiana, 226. — lmportancia del canto alemán según cl sentido de la Iglesia, 227. —

Espectáculos sagrados; su nacimiento y formación, 227. — Diversos ciclos de esos espectáculos, 228; — misterios de Pascua, 228; — dra­mas del Anticristo, 229. — Popularidad de los dramas sagrados, 231.—Seriedad con que los tomaban los representantes y los espectadores, 232. — La representación duraba a menudo varios días, 232. — Carácter es­pecial de los dramas eucarísticos, 233. — Aparato escénico de los dra­mas sagrados, 233. — Alusiones simbólicas, 234. — Parentesco con las producciones de las artes ópticas. 234. — El diablo en los dramas sagra­dos, 235. — Elementos satíricos y cómicos de los mismos; no se hallan en ellos sentimientos de hostilidad a la Iglesia, 236. — Comedias de carnaval, sobre todo en Nurenberg, 238.— Comedias latinas, 238. — Deca­dencia del arte dramático alemán, 239.

CAPITULO XII. Poemas de actualidad y de costumbres

Carácter y valor de estos poemas. 239. — La poesía didáctica, 240;—poemas más leídos, 240; — contra los nobles inmorales, 241; — contra los manejos de los cortesanos, 241; — contra los príncipes y otros esta­mentos egoístas del lmperio, 242 ; —contra los romanistas, 242. — Reine­ke Vos, 243. — La nave de los locos de Sebastián Brant y su importancia general. 243; — no es una mera sátira, sino un poema profundanaen­te religioso. 244.

CAPITULO XIII.La prosa artística y la lectura profana del pueblo

Gradual desenvolvimiento de la prosa artística alemana y su florecimiento en el siglo xv, 244. — Prosa narrativa, 245; — historiografía alemana y sus principales representantes, 245. — Historia popular en Nurenberg, 240. — Crónica de Colonia, 247. — Crónica austriaca de Ja­cobo Unrest, 248; — carácter general de las crónicas alemanas, 249 ; —su sentido patriótico, 249. — Pruebas de la gran difusión de los libros populares, 250 ; — cuáles fueron favoritos, 250; — El humor popular, 251; — El rey Salomón y Marcolphi, 251: — Till Eulenspiegel, 252. — Descripciones de viajes, 252; — de peregrinaciones, 253. — Afición a peregrinar, 253. — Relaciones de viajes del camarero Bernardo de Brei­denbach ; notable pasaje en la dedicatoria del libro, 253. — Versión de novelas y libros novelescos; copiosa materia de narraciones, 254. — Colecciones de fábulas, 254.— Prosa didáctica, 255. — Prosa filosófica y oratoria, 255. — Geiler de Kaisersberg, 256. — Formación de una lengua común del Imperio y la Cancillería, 250. — Opinión de Lutero so­bre el alemán vulgar y su idioma propio, 256. — Florecimiento de la prosa en el siglo xv, 257.

LIBRO TERCERO. Circunstancias económicas, jurídicas, políticas y eclesiásticas de Alemania a fines de la Edad Medía

CAP. XIV. La vida económica

Recíproco influjo entre la vida económica e intelectual, 257; — diver­sos ramos del trabajo económico, 258. — Equilibrio de los principales ramos de la actividad industrial, 258.

I. La Agricultura. Propiedad, división y cultivo del suelo, 259. — Situación de los señores y labriegos, 259. — Herencia de los colonos, 259. — Cortas proporciones de la servidumbre en el siglo xv, 260. — Regulación de los tributos y servicios, 260. — Respeto al labriego, 260. — Comunidad de los bosques y prados, 260. — Bienestar del labriego, 261. — Apicultura, 262. — Literatura agrícola, 262. — Arboricultura, 261. — Bienestar de los jornaleros y criados; abundancia de las car­nes y el vino, 263. — Decadencia en el siglo xvi, 264. — Prosperidad de los labradores ingleses, 265.

II. La vida industrial. Perfección del trabajo industrial, 205. —Influencia de Carlomagno, 265. — Las artes en los monasterios, 266. — Los obispos constructores, y las ciudades episcopales, 267. — Vida económica de las ciudades, 267. — Protección del trabajo, 267. — Los gre­mios, 268. — Enlace del trabajo con la religión, 269. — Organización de los gremios, 269. — Proteccionismo gremial, 270. — Asociación general de los gremios, 271. — Asociación de los oficiales, 271; colisiones y huel­gas, 272. — Los maestros, 272.

III. Comercio y Capitalismo. Asociaciones de mercaderes, 273. — Gildas o Hansas, 273. — Rudeza de las costumbres, 273. — Apogeo de la Hansa alemana, 274. — Extensión del comercio alemán, 274. — Co­rreos, 275. — Centros comerciales de Alemania, 276. — Riquezas de las ciudades alemanas: testimonios extranjeros, 277. — Vicios comunes, 277. — La usura; abusos de los cambistas, 278. — Enormidad de los intereses, 278. — Acaparamientos de las compañías comerciales; monopolios, 279. — Opresión del capitalismo, 279.

CAP. XV. Relaciones políticas

I.      Creciente poder de los Príncipes. Origen de las principales casas y su acrecentamiento, 280. — Menoscabo de la autonomía de las ciu­dades y de la nobleza inferior, 281. — Decadencia de la Caballería, 281. — Debilidad del poder imperial, 282. — Los juristas románicos, 282.

II.           Introducción del Derecho romano, 283. — Escuela de Bolonia, 283. — Los glosadores, 283. — Excesiva admiración del Derecho Jus­tinianeo, 283. — Su espíritu pagano, absolutismo del Estado, 284. — Fic­ción de la perpetuidad del Imperio romano, 285. — Absolutismo de los Hohenstaufen, 285. — Impugnación del Derecho canónico, 285. — Los romanistas en la Cancillería imperial, 285. — Resistencia del Derecho canónico, enlazado con el natural y divino y el germánico, 286. — Li­mitación de la enseñanza del Derecho romano, 287.

III.         El Derecho romano en las Universidades y en los Tribunales. 288. — Sustitución de las fuentes por las opiniones de los juristas ita­lianos, 288. — Prolijidad y esterilidad del estudio, 288. — Descuido y opresión del Derecho nacional, 289. — Favor de los Príncipes al Dere­cho romano y sus doctores, 290. — Transformación del procedimiento; hostilidad contra el derecho germánico, 291.

IV.         Resistencia del pueblo contra el Derecho exótico, 291. — Codi­cia de los juristas, 292. — Quejas de Wimpheling, Zasius, Brant, etc., 292. — Violencias, 293. — Reclamaciones de los Estamentos, 293.

V.          Los romanistas en los Gobiernos, 293. — Juristas en los altos cargos, 294. — Burocracia, 294. — Consejeros crueles de los Príncipes, 294. — Gravamen de los labriegos, 295. — Dominio señorial de los comunes, 295. — Vejaciones por la caza, 296. — Ruina de la libertad po­pular, 295. — La idea pagana del Príncipe, 299. — Intrusión en las cosas religiosas, 299. — Cesáreopapismo, 300. — Conspiración contra el Emperador, 301. — Expansión imperial, 301. —, Decadencia, 302.

VI.         Proyectos de reforma del Imperio, 302. — Dieta de Worms de 1495, 302. — Apatía de los Príncipes, 303. — Proyectos de una Cámara imperial y un Consejo imperial, 303. — La eterna paz del país, 305. — Tribunal de la Cámara imperial para custodiarla. 305. — El Gemeiner Pfennig, 305. — Resistencia de la Nobleza, 306.

VII.       Perturbación del Imperio, 306. — Goetz von Berlichingen, ca­ballero salteador, 307. — Guerra de Nurenberg, 307 Guerra contra Ma­guncia y Waldeck, 308. — Francisco de Sickingen, 308. — Guerra con Worms, 309. — Inútiles esfuerzos para su castigo, 310. — Alianza de Sickingen con Francisco I, 310. — Indiferencia de los Príncipes alema­nes, 312.—Dieta de Augsburgo de 1518, 312. — Sickingen contra Metz, 313. — Su guerra contra el Landgrave de Hesse, 313. — Fracaso de la política de Maximiliano, 314. — Juicio de Tritemio, 314.

CAPITULO XVI. Mirada retrospectiva: el siglo XV

Conjunto de la vida intelectual, política, jurídica, económica, y so­cial, 315. — Causas principales del movimiento socialista, 318; — los grandes contrastes de la vida del pueblo aun en el terreno religioso-eclesiástico, 319. — Exitos de la reforma eclesiástica, 320; — juicios de contemporáneos, 320. — Abusos y escándalos en el terreno eclesiás­tico, 321. — Excesiva riqueza de la iglesia alemana, 321; — dominación de la nobleza en la Iglesia, 321. — Los hidalgos clérigos, su lujo y vida poco eclesiástica, 323; — inmoralidad y aseglaramiento de los canónigos y obispos nobles, 324. — Dotación de los segundones con dignidades eclesiásticas; — el elemento noble del episcopado alemán, 326. — Los Papas del siglo xv fomentan el monopolio de la nobleza, 326; — la­mentos de los contemporáneos sobre este monopolio en la iglesia alemana, 327; — ejemplos de obispos aseglarados, 328. — El obispo B. Pirstinger sobre el episcopado alemán en vísperas de la escisión reli­giosa, 330. — Contrasté entre el alto clero rico y el pobre bajo clero, 333. — El proletariado clerical, 334; — número excesivo del bajo clero, 334; juicios de Sebastián Brant y Geiler de Kaiserberg, 336. — Inmo­ralidad del clero, 337; escritos contra el concubinato, 337. — Lujo y codicia de los clérigos, 339. — Los Príncipes y los abusos en materia ecle­siástica, 342. — Consecuencias de las reservas pontificias, 342; — los "cortesanos", 344; — ignorancia del Clero, 345. — Quejas y amonesta­ciones de Tritemio, 346. — Nider amonesta contra la generalización de las quejas contra el Clero, 349; — elementos sanos en la iglesia alema­na, 350. — La reforma monástica del siglo xv, 351. — Los monasterios, hospicio de la nobleza, 351. — Murner y Brant, sobre la vocación im­puesta, 352. — Resistencia de los monasterios nobles contra la refor­mación, 353. — Experiencias del reformador monástico J. Busch, 354. — Cambio de las relaciones entre el Estado y la Iglesia, 356. — Acrecen­tamiento del poder de los señores territoriales en materias eclesiásti­cas, 357. — La nobleza contraria a la reformación de los monasterios, 355; la abadía de Michelsberg, 359; — vecindad de los monasterios, buenos y malos, vgr., en Estrasburgo, 360. — Contiendas entre las Or­denes, 361; — decadencia de su prestigio, 361. — Decadencia de la Orden teutónica, 361. — Disgusto y aversión del pueblo contra el Clero, degenerado, 361-363. — Tirantez entre los obispos y sus vasallos, 362. — Proyecto de fundar una iglesia nacional alemana y una república de­mocrática, por parte de un revolucionario del Rhin superior, en tiempo de Maximiliano I, 364. — Descontento y fermentación en el clero, 366. —Carácter de la oposición contra Roma hacia fines de la Edad Media, 367; —los Gravamina de la nación alemana, 369. — Quejas sobre la presión del sistema tributario papal, 369. — Elemento nacionalista en el descontento contra Roma, 370. — Los Humanistas modernos socavan la autoridad eclesiástica, 371; heresiarcas alemanes del siglo xv, 372; ya entonces se predicaron casi todas las doctrinas que en el siglo xvi pusieron en movimiento los pueblos, 372. — La Iglesia gozaba todavía de entera fuerza vital en Alemania, pero se manifiestan ya malos sín­tomas de decadencia de la fe y vacilante obediencia a la Iglesia, 374. — Efectos de la difusión de la Biblia en idioma alemán, 374; falsas inter­pretaciones de ella, 375. — Sombrías previsiones para lo porvenir, 376.