LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA MONARQUÍA, de Fray Magín FERRER Y PONS
calidad 2, 2 t., 14,5x20, 718 pág.  : 50 € Pedidos y Pagos

PÁGINA PRINCIPAL

La firme creencia en unos principios y en el sistema político que los soporta, exigía una continuidad frente a la engañosa retórica libertaria del constitucionalismo revolucionario. Desde mediados del XIX, el carlismo, en un lento proceso de maduración iba a consolidar un cuerpo de doctrina.

Así en 1843, Fray Magín Ferrer, religioso mercedario, profesor de teología en el Convento de Barcelona, y rector del de San Pedro Nolasco en Tarragona, que desde el principio estuvo en el campo carlista, siendo acaso el más decidido partidario de la resistencia militar, en su libro Las Leyes Fundamentales de la Monarquía Española según fueron antiguamente y según convienen que sean en la época actual, se nos muestra como el primer gran doctrinario político español. Es el primero en realizar un exhaustivo análisis histórico de la cuestión (t. I), y en exponer sistemáticamente (t. II) la necesidad y los beneficios de la representación corporativa gremial para poner a salvo la Religión y la Patria.

Su modelo constitucional no es un constructo ideológico de la razón humana, sino el reflejo fiel del orden público cristiano de los siglos. En él el Rey reina y gobierna, pero como cabeza del Estado estaría asesorado por el Consejo Real y asistido por unas Cortes integradas por doscientos miembros divididos en tres brazos: el de los nobles y grandes propietarios, los que podían reunirse por secciones (Aragón, Asturias, Cataluña, Valencia, etc.) para asesorar al Monarca en asuntos exclusivamente territoriales; el eclesiástico que constituiría una cámara separada, compuesta por los obispos; y un tercer brazo compuesto por representantes de gremios o corporaciones.

En fulminante contraste con la revolución institucionalizada, propia del parlamentarismo partitocrático, se demuestra el bien imprescindible de la unidad católica de los cuerpos políticos que componen la Monarquía, y del carácter no público de las deliberaciones de estos tres brazos, cuyos acuerdos, sin embargo, cuando son unánimes, y pese al poder solamente consultativo, serían moralmente vinculantes para el Rey, en conformidad al milenario derecho público cristiano.

Así, la Monarquía Católica ha de ser absoluta precisamente con el objeto de poner a salvo las libertades de los entes e individuos que la componen, frente al constitucionalismo liberal que en el nombre de la libertad establece la más vil tiranía de la mentira y de la opresión del pueblo, poco importa que sepa crear por algún tiempo la artera ilusión de bienestar material.

Estos dos tomos, aun hechos los ajustes a las actuales condiciones científicas, tecnológicas, económicas que se quiera, son la más viva demostración de que el modelo societario vigente no sólo es amoral sino incluso antinatural, porque va contra las más íntimas exigencias de la naturaleza humana, social e individualmente considerada.

INDICE

 

TOMO I

INTRODUCCION  V

I. Del pueblo español y de las clases que lo componen  19
II. De la forma de gobierno en España  35
III. De como se ha de entender el poder absoluto del Rey  49
IV. De la representacion del Reino en España  57
V. De las relaciones entre el Rey y las Cortes  79
VI. Observaciones notables acerca de lo que se ha dicho de las Cortes, y de sus relaciones con el Monarca  99

VII. Del antiguo sistema de administración en los varios ramos del Estado  121

1. Del sistema de administración durante la época de los reyes godos  121

2. Del sistema de administración desde el tiempo de D. Pelayo hasta el de los Reyes Católicos  145

3. Del sistema de administración en el tiempo de los Reyes de la Casa de Austria y de la de Borbón  187

VIII. Del error capital en que en política se ha hecho in­currir á los Reyes de España  243

IX. De la Religión considerada como ley fundamental política de España  291

X. Observaciones sobre los reinos y provincias agregadas á la Corona de Castilla  337

 

TOMO II

INTRODUCCION  V

I. De los españoles  17

II. Del Rey  37
III. Del órden que ha de tener el Rey en el ejercicio de su autoridad absoluta  65

IV. De las leyes fundamentales constitutivas de la Monarquía española  87

V. Del Cuerpo político que representa al Reino  97
VI. Sobre si convendría la institución de Cortes provinciales  129

VII. De la parte que el clero debe tener en los negocios del Reino  149

VIII. Del régimen municipal  175
IX. De la administración de las provincias  207

X. De los Consejos y Oficiales del Rey  239

1. De las personas y cuerpos que tengan parte en los ne­gocios de Gobierno  239

2. De los empleados en la administracion de Hacienda y otros ramos especiales  270

3. Del modo como haya de ejercerse el poder judicial  286
XI. De la fuerza armada  305